Cuando los bostezos y el tedio ganaban por goleada en Montmeló, la suerte hizo un guiño a Fernando Alonso y a la nueva marea roja. Desde su cuarto puesto, el asturiano recibía el mensaje por radio de los problemas de Sebastian Vettel, que se veía obligado a entrar a boxes a 11 vueltas para el final. El golpe de fortuna esperado pero no el único. A dos vueltas para la bandera a cuadros, Lewis Hamilton reventaba su neumático delantero izquierdo y se estampaba contra el muro. El asturiano saboreaba entre vítores su segundo puesto en el podio, sólo detrás de la inalcanzable figura de Mark Webber.
Natalia Sáez, alumna de 6º B
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